La Murga Cachivache de San Francisco Solano lleva su colorido desde 2009 a toda la zona sur del Gran Buenos Aires en cada corso o evento de la especialidad a partir de la integración social y cultural de diversos niños con capacidades diferentes.Preparados por los docentes, Ariel Sparapani, Alejandro Pizarro, Mariana Gil, Verónica Vella y Vanesa Ares, la murga estuvo ensayando todos los sábados para ponerse a punto para este espectáculo, del cual participarían otras murgas de la zona.
Los chicos que integran esta comparsa pertenecen a la escuela TAPQUI, de San Francisco Solano, y poseen capacidades diferentes, y desde hace más de un año llevan el color del carnaval y la murga a toda la ciudad y sus alrededores. Actualmente son más de 30 y junto a sus padres confeccionan los trajes que los identifican en cada baile, y algunos proviene de otras partes como Ezpeleta, Quilmes Oeste, Avellaneda, Florencio Varela y Berazategui.
"Comenzamos como una actividad más desde la escuela hacia la comunidad a partir del taller de expresión y nos sorprendimos de las capacidades que cada uno fue desarrollando durante este período, como por ejemplo algunos niños saben tocar algún instrumento, algunos bailan y cantan y otros no. Y para motivarlos aún más, decidimos armar esta murga y la idea les pareció muy buena, enseguida se movilizaron y con el tiempo demostraron mayor seguridad en la vida, mayor coordinación y capacidad para expresarse y moverse por la cotidianeidad. Esto es un trabajo conjunto que fue realizado con mucho amor, porque los chicos le ponen amor y se dedican mucho", explicó la docente Verónica Vella.
Por su parte, una de las mamás de las niñas destacó que desde que su hija integra la murga adquirió responsabilidades que antes no tenía, como preparara la canción, afinar el instrumento, prepararse los trajes y madrugar para ir a ensayar, dado que en épocas de clases ensayan dos veces por semana en la escuela.
Por su parte, el profesor Sparapani añadió que "el mayor deseo de los chicos es ir a murguear a los concursos y a los lugares donde los chicos carenciados necesiten una alegría o donde estén quienes están en situaciones delicadas, como los hospitales u hogares de niños.
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